4 de septiembre de 2016
La historia de mis historias | Escribiendo
Esta entrada no sé cómo va a salir y ahora os explico por qué.
Esta entrada va sobre los proyectos que he tenido, mis historias, y por qué he acabado abandonando cada una de ellas. No sé cómo va a salir porque no tengo planning ni razón inicial por la que escribir esta entrada, al igual que esta otra (aquí), me estoy desahogando a base de escribir una entrada con mis problemas e igual al final llego a una conclusión o mis reflexiones puedan ayudar a alguien. Quién sabe. En esta entrada (con un final demasiado positivo para lo que salió después) ya os hablé de mis proyectos y comenté cosas sobre su abandono pero quiero profundizar.
¿Por qué ahora?
Son las 22:45 de la noche. Iba a ponerme a escribir porque lo hago mejor a estas horas, aunque puedo escribir por la mañana o la tarde. Pero he sido incapaz de hacerlo. No había abierto el documento y pensamientos que me asaltan mucho últimamente volvieron a aparecer. ¿Para qué vas a escribir nada si no tiene ningún valor? ¿No ves que por muy ilusionada que estés siempre acabas haciendo lo mismo? Tus personajes no tienen profundidad más allá de cuatro tópicos mal hechos. Crees que puedes hacer algo que valga la pena pero solo creas mierda. Tu estilo es muy mejorable, no sabes usar el vocabulario que tienes (o crees tener). Podrías hacer personajes muy interesantes y los estás jodiendo. No-sirves-para-escribir. Déjalo. Ya.
Así no hay quien escriba. Y así es muy fácil abandonar proyectos. Quiero recordar que estoy escribiendo una historia a cuatro manos y es difícil que la abandone porque no estoy yo sola, porque no voy a dejar colgada a Mer y porque, joder, la historia me gusta. He escrito capítulos y partes que me gustan. Me gustan. Pero cuando estoy así, cuando no puedo pensar con claridad, eso da igual. Da igual que disfrutara escribiendo, que lo releyera y que viera cosas a mejorar pero que me gustase. Da igual porque todo es una mierda. Y esto me ha pasado con todas las historias que he empezado y hasta ahora no me he dado cuenta que ha sido todo por culpa de mi inseguridad. Le ponía otras razones a cada abandono pero, no, la única razón ha sido siempre mi propio cerebro.
La primera historia que escribí la empecé con mis 10/11 añitos, creo. O 11/12, no sé. Por esa época. La escribía a mano y estaba muy ilusionada. Hasta le pedí a una amiga que me dibujara los personajes principales. Era una historia de fantasía, con influencias claras de novelas como El Señor de los Anillos, pero con una premisa que quiero recuperar en el futuro y hacer algo guay con eso. Estuve varios años con esta historia, escribí muchísimo, de verdad, no sabéis cuánto. No tengo todo en el ordenador y no podría decir cuánto tengo porque tengo libretas con cosas escritas. Que igual no tengo tanto pero la historia estaba avanzadilla. ¿Qué pasó? Que fui viendo que el estilo del principio y de lo que escribía dos años después había cambiado, que los personajes habían madurado, que no todo era igual porque yo había crecido. En vez de decir «oye, voy a acabar y luego ya retocaré lo necesario, no voy a dejar que mi inseguridad me diga que no puedo hacer algo decente porque mi estilo ha cambiado», lo que hice fue abandonar la historia.
Debo decir que no ayudó que para cuando la abandoné había empezado otra que me motivaba mucho más porque no tenía ese problema de continuar una historia que había sufrido tantos cambios.
Esta nueva novela era fantasía paranormal, de vampiros vaya. Mi primera historia de vampiros y no la última. Con esta estuve muy emocionada, planifiqué un montón y escribí sus hojas peeero acabó sin acabar. Plot twist. ¿Qué pasó con esta? La excusa que me puse fue que la protagonista tenía 21 años y yo 15, creo, y eso es... complicado. Obviamente, eso fue una razón pero no la principal. Con esta novela empecé a tener vicios y problemas que sigo arrastrando. Como alargar las cosas porque me asusta llegar a los momentos clave pero a la vez me muero por llegar a esos momentos. Pero si los escribo, ale, se acabaron, ya no hay más hasta el siguiente. Así que alargo y alargo la novela con relleno inservible lo que hacía que inconscientemente, si iba más rápido, me parecía que me estaba precipitando y nunca llegaba a las partes guays y narraba los día a día y eso es muy aburrido. Pero mucho. ¿Esto es inseguridad? Creo que sí, miedo de no hacerlo bien y alargar porque parece que más es mejor cuando no tiene por qué. Pasé tanto tiempo narrando escenas y escenas aburridas que nunca llegué a las partes interesantes porque comencé a planear otra historia,
«Esta es la historia», me decía. Já. Esta era urban fantasy, un proyecto que me ilusionó mucho y que pensé un montón también. Empecé esta historia y la volvía a empezar con 100 páginas escritas porque no me gustaba cómo estaba yendo y tenía ideas mejores. Perfecto, de esto no me arrepiento porque es cierto que la historia necesitaba esos cambios. Lo malo fue cuando escribiendo la segunda versión empecé a tener problemas. A parte de que volvía a alargar innecesariamente la historia, nada me gustaba. Los personajes no me llegaban, la historia no me transmitía. No era lo que yo quería. Pero es más fácil dejarlo que intentar arreglarlo. Pero no lo abandoné. Hubo una tercera versión, sí. Y esta la acabé abandonando porque escribí un relato que me emocionó y escribí una barbaridad en dos días. Dije: «esto pinta bien, voy a aparcar la otra que no me llena tanto para hacer esta que estoy muy metida». Con este tercer proyecto también tenía muchas inseguridades y cosas que arreglar, me costó mucho trabajarlo y lo abandoné como si nada, porque es más fácil dejarlo por algo que parece bien que luchar por una historia que me gustaba. Bien, tampoco creo que fuera algo malo ponerme con la otra porque, la verdad, me iba bien.
Y es con la que mejor me ha ido. Mi segunda historia de vampiros (y spin-off precuela de la primera historia de vampiros). Hasta que empecé a tener problemas con el argumento. Porque nunca está perfecto. Porque es una mierda. Porque no tiene sentido. Luego fueron los personajes, sin coherencia interna. Con mensajes nocivos. Intenté aprovechar lo malo que me salía solo para hacer una crítica a las relaciones tóxicas. Nunca sabremos cómo me habría salido porque abandoné la historia. Antes de abandonarla, Mer y yo comenzamos con nuestro proyecto. Yo iba escribiendo las dos poco a poco pero la mía se fue cayendo a pedazos. Ya estaba llegando al final, era con la que más había avanzado en toda mi vida pero no era suficiente. No valía la pena.
Ahora tengo muchas dudas con la historia que estoy escribiendo. Y seguiré teniendo dudas siempre que escriba porque nunca acabo de fiarme de una opinión positiva. Y siempre he apreciado mucho las críticas constructivas pero no me veo pudiendo arreglar nada porque no puedo mejorarlo porque todo lo que sale de mí es una basura.
La inseguridad en cualquier cosa es horrible. Creo que todos la tenemos, a algunos le da más fuerte, a otros menos. Eso no importa. Recordando todas las razones por las que dejé todos esos proyectos creo firmemente que es inseguridad con falta de voluntad. Lo que me hace pensar «¿quiero realmente escribir? ¿Quiero seguir creando historias?»
Sí. Sí quiero.
Tendré que aprender a vivir con esta inseguridad, tendré que callarla a base de palabras escritas, de escenas donde puse todo lo que tengo para que sea lo mejor que haya escrito hasta el momento, mejorándome cada día y aprendiendo en cada capítulo. El día que acabe una historia sé que una parte de esa inseguridad, de ese miedo, morirá. Se desvanecerá y yo podré respirar más tranquila. Hasta ese momento, tengo que responder con más fuerza que nunca. Es lo único que se me ocurre, es lo único que veo viable. No dejar nada de lado.
Si hay algo mal, hazlo bien.
Si hay algo roto, arréglalo.
Si te dicen que esto es mejorable, escribe lo mejor que puedas hacer.
Si te dicen que algo les gusta, acéptalo y créetelo. No significa que esté perfecto pero gusta, eso es a lo que aspiras. Que alguien disfrute con lo que tú quieres contar. Hacer perfecto es casi imposible pero se puede hacer bien.
Sé que no voy a escribir una obra maestra. Sé que lo que escribo tiene un 1% de probabilidades de salir de mi ordenador. Pero yo escribo para mí. Mis estándares son altos, sí, pero puedo alcanzarlos. Me cueste un año, dos o diez.
No sé si esto puede ayudar a alguien pero a mí me sirve. Podría dejar la entrada en borradores pero creo que es muy importante compartir experiencias, y no solo yo. Creo que entre todos podemos ayudarnos, y no digo dando consejos, sino explicando cómo se ha salido de una situación o qué haces cuando algo así pasa. Con experiencia se aprende.
PD: Quiero decir que no creo que abandonar una historia esté mal. Creo que es muy importante no hacerlo y acabar pero no eres peor por abandonar o mejor por no haberlo hecho nunca. Es algo necesario para aprender y mejorar. Te caes un peldaño y subes dos.
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Mucha gente que escribe ha abandonado muchísimos proyectos. Reemplazarlos y sentirte mal por ello no es malo. Significa que creces, que tienes hambre de algo mucho más grande. Aunque a esta conclusión ya has llegado tú.
ResponderEliminarSi crees que tus personajes están formados por cuatro tópicos mal hechos, revoluciona tus esquemas. Empápate de géneros, que te encanten y que odies, y saca tus conclusiones.
¡Si tu estilo es mejorable, entonces perfecto! Porque ningún autor te dirá que su novela es perfecta. Siempre hay espinas, pero no confundas potencial aún sin aprovechar con fracaso. La negatividad, la impotencia que describes, es algo completamente normal. Y una vez que lo veas con perspectiva, sano.
'Si te dicen que algo les gusta, acéptalo y créetelo...' No. Sabes que eso no es así. No recurras a esas cuatro frases para hacer que te guste una idea. Primero, que te guste, después las aplicas. Tú eres quien hace. Por supuesto que hacer disfrutar a los lectores es algo fundamental, pero no es su obra, es la tuya. Es tu reflejo, maldita sea. Aunque a la gente le guste, no te conformes con ello. No vayas a por el aplauso fácil. No vayas a por el consuelo fácil. Hay que caerse al barro. Mucha gente te dirá nada más leer esto que les encantan tus relatos, pero si te apoyas en esos asentimientos y aprobaciones que sea para subir el listón aún más alto, no para quedarte cómodamente sentada en la marca, creyendo por opinión popular que es algo genial mientras una vocecilla, acostumbrada, te dice que no sirves para eso.
Si de verdad crees en una historia, haya personajes planos o argumento de relleno, ve a por ella. Tú eres la única persona que la puede vislumbrar en su totalidad. La única que sabe lo que puede ser.
¡Muchas gracias por el comentario! Sobre lo de creer que a la gente le gusta lo que escribes no es para pensar que es maravilloso sino para dejar un poco atrás la negatividad. De ahí, siempre a mejorar ^^
Eliminar¡Un beso! ♥
Buah, si yo hiciera esta entrada tardaría dias sobre todo en organizarla porque yo escribia mucho, y mucha mierda. Siempre tengo mil proyectos entre manos y sobre todo mil personajes, pero me suele pasar que no sé a donde quiero llegar con las historias o si el mensaje es tan interesante como yo lo veo. Sin embargo sí que es cierto que he abandonado mil historias y no hay nada malo en ello. A veces me pasa como a ti, que tardo en escribirlas y en estilo y forma de hablar he cambiado, y se nota, pero muchas veces simplemente es que me venía otra idea y escribía mil. Ahora me coordino un poco más, pero no demasiado.
ResponderEliminarDe todos modos ten en cuenta que lo primero que escribes es un borrador y aún hay mucho trabajo que hacer. Pero recuerda que si no lo terminas, no podrás sacar el verdadero potencial de lo escrito.
En fin, seguro que más adelante escribes una entrada parecida diciendo que has terminado algo, y será genial :)
¡Un besín!
¿Organizar una entrada? ¿Eso se come? XDDD
EliminarMuchas gracias por tus palabras, bonita <3
Un besazo!! ♥